Con el reinicio de las operaciones aéreas comerciales, regulares y chárter en el Aeropuerto Internacional José Martí, en medio de la situación sanitaria impuesta por la COVID-19, se puso en marcha el Protocolo para Control Sanitario, que ya se venía aplicando en el resto de los aeropuertos cubanos.

Por ello, se ha previsto el cobro de una tasa sanitaria, por un valor de 30 USD o su equivalente en cualquier otra moneda libremente convertible, para todos los viajeros internacionales que arriben a Cuba, con el objetivo de cubrir los costos de los protocolos implementados. Se exime del pago a los tripulantes de naves o aeronaves cuya estancia en el Territorio Nacional sea menor a 24 horas.

La primera línea de vigilancia está diseñada para realizar el despacho de entrada de las aeronaves. Un especialista en Higiene y Epidemiología o un médico realiza el despacho de la aeronave una vez que arriba a la rampa o puente móvil. Este es el primer contacto con la tripulación que viene en el avión, precisamente para el análisis de documentos y la conformación de la declaración general de la aeronave; obligatoria para todas las aerolíneas del mundo.

Una vez que los pasajeros ingresan en la terminal aérea y llegan al salón de inmigración estarán entrando a la segunda línea de vigilancia. Primero pasarán por delante del escáner de temperatura y luego, entregarán la declaración de sanidad del viajero, que es un complemento del registro del viajero para la toma de muestra de PCR.

Este modelo es usado también como un instrumento identificativo para el control sanitario internacional. En una de sus esquinas se refleja el número de muestra que el pasajero tendrá una vez que se le tome y envíe al laboratorio, con el fin de evitar confusión de las muestras.

Además, se le entrega una tarjeta de advertencia al pasajero, donde se le informa que debe presentarse antes de las 48 horas de arribo al país, ante su médico de familia o área de salud donde reside y declarar su condición de viajero.

Si se detecta cualquier pasajero con fiebre o cualquier signo o síntoma de enfermedad trasmisible se indica su traslado al Local de Aislamiento Temporal para su encuesta, examen físico y evaluación para la toma de decisiones según corresponda y por los protocolos establecidos.

En el caso de los viajeros extranjeros que residen en Cuba, se les aplica el mismo protocolo que está establecido para los cubanos residentes en el país, o a los cubanos no residentes en el territorio nacional, pero que van para la casa de su familia o para una casa de renta. Además, se ha reforzado la asistencia médica con equipos de salud en todos los hoteles y villas turísticas del país.

Una vez que el pasajero pasa la segunda línea de vigilancia, se toma la muestra de PCR y se dirige hacia las cabinas de inmigración donde se realizan los chequeos correspondientes. Después, irá hacia la tercera línea de vigilancia donde se le vuelve a tomar con termómetro digital la temperatura, para finalmente pasar al área donde recogerá su equipaje y realizará el resto de los procedimientos aduanales según la legislación vigente en la República de Cuba.

Los resultados de las pruebas de PCR se enviarán desde los diferentes laboratorios, transitando por las instituciones de salud hasta los consultorios del médico y la familia.

Cada persona que ingrese a la comunidad debe estar en aislamiento en su vivienda durante 10 días hasta que llegue el resultado del segundo PCR, que se realiza al quinto día, coordinado con el área de salud. Esta segunda prueba se realizará solamente a los cubanos residentes en el país. Con el resultado del segundo PCR negativo, se puede tener una movilidad normal dentro del territorio nacional.

Entre las medidas generales que se aplican están:

  • En las diferentes áreas del aeropuerto están ubicados dispensadores de desinfectante de manos a base de alcohol con la señalización adecuada.
  • El uso de la mascarilla o nasobuco es obligatorio para todos los viajeros y personas dentro del aeropuerto y la aeronave.
  • Es obligatorio mantener el distanciamiento físico de 1.5 metros entre cada persona en las áreas de facturación, control de viajeros, otras áreas públicas y filas.
  • En las tiendas Duty Free, cafeterías, restaurantes y otros puntos de ventas, sólo se permitirá dentro una cantidad x de pasajeros.
  • Todas las cargas y el equipaje, incluyendo el de mano, que arriben serán desinfectados acorde a los procedimientos de salud pública.

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